viernes, 27 de junio de 2014

La letra H

















La H.

Todos tenemos una H en nuestra vida.

No en el nombre. Sino en la vida.

Todos tenemos alguien que está y que nos rompe las pelotas todo el tiempo.

"Almohada". ¿No era más sencillo poner "Almoáda"? No. Alguien, seguro que era un hijo de puta, inventó una letra para rompernos las pelotas a todos. La querida, y apreciada H.

¿Que vos te llamás Horacio? ¿Héctor? Y sí. Oracio. Éctor. Es lo mismo. No me vengas a joder hermano. ¿Cuál es la puta diferencia? ¿Queda más lindo? Las pelotas. Simplemente nos acostumbramos -grave error- a esta pequeña letra.

Ahora bien. La H -Sí, en mayúscula, porque si sos hijo de puta, sos un gran hijo de puta- es alguien que está cuando no tiene que estar. El típico pibe que cuando te juntas con los tuyos está ahí...y no. No encajas hermano, te vas a tener que ir. Eso, es la H.

A veces, la H puede ser tu vieja. "Ordená esto, ordená lo otro". "Andá a hacer las compras". Y vos obedeces. "Humo no es lo mismo que umo" Y vos vas como un pelotudo y pones la H que falta.

Y yo me quedo pensando mientras redacto esta nota, o como mierda se llame. Así como existe la H, existen otras variedades en la ortografía que están creadas para rompernos las bolas constantemente. Como el punto superior de la "j". Pero eso es otro tema. No, el de la "i" no. El de la i tiene lo suyo.

Aunque por otro lado, está bien. Que seas esclavo de lo que escribís. De la buena escritura. Va, eso pensaban todos los pueblos que eligieron a grandes hijos de puta que terminaron conquistando -va, la mayoría ,por no decir todos, quisieron conquistar- el mundo. Así vamos a terminar nosotros. En realidad, ya terminamos, con una letra que no sirve absolutamente para nada. La querida y preciada... H